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Nutrición inteligente para niños y adolescentes

16/10/2025

COMER EN LA INFANCIA: 7 CLAVES PARA ACOMPAÑAR CON CONCIENCIA
Por Miriam Nova Sánchez, coautora de Nutrirse ConCiencia

La nutrición infantil es mucho más que elegir alimentos: es acompañar el crecimiento físico, emocional y cognitivo de los niños desde sus primeros días de vida. Los primeros 1000 días —desde la gestación hasta los dos años— representan una ventana de oportunidad única para sembrar salud a largo plazo. Pero el acompañamiento nutricional no termina ahí. A lo largo de la infancia, cada etapa tiene sus desafíos y oportunidades, y el rol del adulto es clave para cultivar hábitos duraderos, respetuosos y conscientes.

A continuación, comparto 7 claves esenciales para acompañar la nutrición infantil desde la alimentación complementaria hasta la consolidación de la autonomía alimentaria.

1. Entorno emocional: comer también es sentir. La forma en que se ofrece la comida importa tanto como el contenido del plato. Evitar pantallas, crear rutinas, compartir la mesa y validar emociones en torno a la comida fortalece el vínculo y favorece una experiencia nutritiva en todos los sentidos.

2. Explorar con confianza: primeros bocados, primeros vínculos. A partir de los 6 meses, el bebé está listo para descubrir sabores y texturas. Es fundamental respetar su ritmo, ofrecer alimentos reales y evitar insistencias que interfieran en su curiosidad natural. La alimentación complementaria no es una carrera, sino un proceso compartido que fortalece la relación y la confianza mutua. Ya sea que se ofrezcan alimentos triturados o en trozos, lo importante es acompañar con presencia, seguridad y confianza. Es una invitación a explorar juntos, con calma y respeto.

3. Variedad sin obsesión: educar el paladar con paciencia. Ofrecer alimentos diversos desde edades tempranas favorece la aceptación de nuevos sabores. Pero no se trata de imponer, sino de proponer. La repetición amable (hasta 15 o 20 veces puede ser necesaria para que un alimento sea aceptado), el ejemplo familiar y el juego sensorial son aliados para ampliar el repertorio sin convertir la mesa en un momento de tensión.

4. Nutrición perceptiva: escuchar el cuerpo desde pequeños. Fomentar la conexión con las señales de hambre y saciedad es fundamental para cultivar una relación sana y libre con la comida. Evitar frases como “una cucharada más” o “si no comes, no hay postre” ayuda a que el niño aprenda a autorregularse sin culpa ni presión.

5. Hidratación consciente: agua como aliada desde el inicio. El agua debe ser la bebida principal durante toda la infancia. Desde los primeros meses, es importante evitar el uso de zumos, batidos azucarados o refrescos, incluso si son naturales o caseros. Estas bebidas pueden alterar la percepción de saciedad, aumentar el riesgo de caries y obesidad. Ofrecer agua de forma regular, sin obligar, y dar ejemplo como adultos es clave para que los niños la integren como parte natural de su día a día.

6. Menos etiquetas, más ingredientes. Los productos ultraprocesados suelen tener exceso de azúcares, sal, grasas trans y aditivos. Priorizar alimentos frescos, de temporada y mínimamente procesados protege la salud metabólica y reduce el riesgo de enfermedades crónicas desde la infancia.

8. Dejarles ser: autonomía en la mesa. Desde que el bebé toma su primera cucharada hasta que elige su desayuno, cada paso hacia la autonomía alimentaria es una oportunidad para cultivar responsabilidad, autoestima y conexión con el propio cuerpo. Acompañar sin controlar es una forma de educar en libertad. Confiar en su proceso es regalarles espacio para decidir, crecer y sentirse capaces.

Alimentar en la infancia es mucho más que poner comida en el plato. Es estar presente, mirar con ternura, respetar los ritmos y acompañar cada gesto con paciencia. Es un proceso que involucra cuerpo, mente y emociones, y que requiere presencia, confianza y respeto. Cuando ofrecemos alimentos reales y entornos seguros, estamos sembrando salud, vínculo y memoria para toda la vida. Cada etapa alimentaria merece ser acompañada con conciencia, porque en ella se construyen no solo hábitos, sino recuerdos, emociones y formas de quererse.


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Por Heldry González Torres, coordinadora y coautora de Nutrirse ConCiencia

La adolescencia es una etapa fisiológica que transcurre después de la niñez y da paso a la adultez. Durante estos años el cuerpo cambia, aparecen los caracteres sexuales secundarios y el cerebro continúa madurando hasta finalizar el desarrollo, alrededor de los 21 años de edad. En esta etapa se producen transformaciones en la conducta, en el cumplimiento de las normas sociales y se observa una clara preferencia en su relación por sus iguales. El tono efectivo de sus padres no es el preferido, pero siguen siendo el vínculo y el amor incondicional los que permiten que su desarrollo sea armónico. Filosofar y demostrar sus conocimientos en determinados temas suele ser una de sus características, y en ocasiones los retos y el desafío, también. Todos estos cambios facilitan la formación de la identidad y prepararlo para afrontar los desafíos de la vida sin poner en riesgo su salud.

Debido al estirón que marca esta fase de crecimiento y desarrollo necesitan nutrirse bien, cumpliendo con las cantidades de nutrientes recomendadas diariamente y para ello considero que es necesario tener presente estas diez claves:

1. Alimentarse de forma equilibrada como recomienda la escuela de Salud Pública de Harvard, con la creación del plato Harvard, constituye es una guía visual donde se puede identificar los principales alimentos divididos en tres secciones: la mitad debe ser para verduras y frutas, un cuarto para hidratos de carbono integrales como las harinas o arroz, y otro cuarto para proteínas saludables como legumbres, huevos, pescado carne rojas y blancas, limpias.

2. Los carbohidratos complejos son esenciales porque mantienen la energía y la saciedad mayor tiempo están presentes en los cereales, harinas integrales, de masa madre, en los salvados, patatas, tubérculos, etc, mientras que los azúcares refinados aumentan los picos de glucemia en el cuerpo y con las repeticiones pueden provocar resistencia a la insulina

3. El consumo de proteínas de calidad es importante ya que construyen tejidos y como hemos comentado es una etapa de gran crecimiento,

4. La fibra procedente de frutas, verduras, tubérculos, fortalece la microbiota intestinal, refuerza la inmunidad y equilibra la salud hormonal y emocional.

5. Los ácidos grasos omega-3 —sobre todo del pescado azul, aguacate, semillas de lino, nueces— deben superar a los omega-6 para reducir la inflamación, mantener la circulación y mejorar la concentración.

6. Los minerales y vitaminas, como hierro, zinc, calcio y vitamina D son indispensables para el desarrollo óseo, cognitivo e inmunitario.

7. Beber agua es importante para mantenerse hidratado, facilita la concentración y funcionamiento de los órganos.

8. Abusar de los alimentos ultraprocesados, bebidas energéticas, ingerir alcohol, interfiere en el desencadenamiento de las reacciones metabólicas y la producción de ácidos grasos de cadena corta, vitales para múltiples funciones orgánicas y para la prevención de enfermedades.

9. Se les puede invitar a realizar la compra de alimentos frescos y de temporada, preparar la comida, enseñarle donde están presentes los disruptores endocrinos, como en el plástico, pesticidas y ciertos aditivos que interfieren con el metabolismo y el sistema hormonal.

10. Disfrutar del momento de comer, si es posible no comer solo ni acompañado de pantallas, saborear los alimentos, permitirse degustarlos.

La forma de alimentarse en esta etapa es crucial y no se deben restringir alimentos para conseguir ciertos kilos de peso siguiendo una moda, sin supervisión sanitaria por las graves consecuencias que pueden acarrear y lo mismo ocurre si lo hacen en exceso. La nutrición se complementa con actividades deportivas para responder de forma óptima al proceso de aprendizaje, a los estados de ánimo y autoestima.

Enseñarles a respetar los horarios de descanso y el ritmo circadiano facilita el equilibrio entre las hormonas del apetito y el balance energético como la grelina y leptina, el funcionamiento de la microbiota y el trabajo de los distintos sistemas del organismo permitiendo el bienestar y salud.


SOBRE EL LIBRO NUTRIRSE CONCIENCIA

¿Cuántas veces pensaste en comer más sano y volviste a los malos hábitos? ¿Te gustaría tener más energía y mejorar tu relación con la comida? ¿Sabes cómo prevenir enfermedades cardiovasculares a través de la alimentación? ¿Alguna vez te has preguntado si deberías tomar algún suplemento?

Nutrirse ConCiencia responde a estas y muchas otras preguntas, desmonta mitos y ofrece consejos prácticos para disfrutar de una alimentación consciente, saludable y adaptada a cada etapa de la vida.




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